Cliente: Verónica Vásquez
Contexto
Verónica Vásquez y su esposo vivían en los Estados Unidos sin estatus legal durante más de 20 años, pero empezaron a buscar activamente la orientación para ajustar su estatus. Ellos fueron a un abogado conocido en Nashville en busca de ayuda. Verónica dice, “Básicamente él nos rechazó y nos dijo seguir viviendo en las sombras hasta que ‘las leyes cambiaran’ porque la ley actual no nos permitiría ser legal. Él no explicó lo que eso significaba o a cuáles leyes se refería.
Dos semanas después de esta interacción con el abogado en Nashville, Verónica y su esposo vinieron a Youngblood & Associates.
Estrategia Legal
Youngblood & Associates tomaron el tiempo para conocer a Verónica y su caso, preguntando sobre su situación y sus vínculos familiares con los EE. UU. Descubrimos que ella había llegado a los Estados Unidos con una visa de visitante y que tenía un hijo de 21 años que había nacido en los EE. UU. Estos dos puntos juntos permitieron a Verónica ser elegible para el ajuste de estatus a pesar del hecho de que ella se quedó más tiempo de lo que permitía su visa, porque ella tenía un familiar inmediato para patrocinarla.

Resultado/Implicación
Dentro de seis meses, Verónica se convirtió en residente permanente legal. Luego ella patrocinó a su esposo mientras Youngblood & Associates trabajó para ayudarle a él para que obtuviera el estatus legal también.
El equipo de Youngblood & Associates ayudó a Verónica y a su esposo navegar sin problemas el proceso para convertirse en residentes permanentes legales de los Estados Unidos. “Desde el momento en que entré en la oficina hasta que me convertí en un residente legal, todo era fácil y rápido. Estaba nerviosa por tener que ir a Memphis para una entrevista, pero resulta que ni siquiera tuve que hacer eso porque Youngblood & Associates hizo tal gran trabajo,” dice Verónica.
Verónica dice que convertirse en un residente permanente legal “ha cambiado todo. La familia es todo para mi y mi esposo. Mi familia todavía vive en México, y no podía visitarlos. Ahora soy libre. Puedo ver a mi familia cuando quiera. No miro por encima de mi hombro. Puedo mostrar mi identificación y no tener miedo de la policía. Y mi esposo vio mi experiencia de primera mano y dejó de tener miedo. Él se volvió optimista y motivado. Sabemos que podemos seguir siendo buenas personas en este país y hacer bien para este país sin miedo.”